Romance distanciado.

Había una vez, una niña de 10 años que conocía a un chico. Ella se llamaba Keisi y el, Martín. Keisi empezó a hablarle a Martín, pero el no estaba muy interesado.
Pasaron los años y ellos se volvieron a ver. Ya tenían 17 años y Keisi seguía gustando de ese chico que se había robado su corazón aquel día. Hablaron y se conocieron más de lo esperado. Mantuvieron el contacto y se hicieron mejores amigos desde entonces, contándose todo lo que les pasaba.
Un día, Keisi conoció otro chico el cual le entregaba su amor y dejo de juntarse tanto con Martín ya que no sentía lo mismo que hace 7 años. Martín se dio cuenta que al ella irse con otro, perdió toda esperanza de estar junto a esa muchacha. También conoció a su amor, pero seguía teniendo a esa niña en su cabeza. Estuvieron 4 meses juntos, pero Lucy ya no sentía amor por Martín y se acabo ese romance. El se mudo con su familia a Río Negro y perdió el contacto completamente con Keisi, pero no impedía el que la tenga presente en su mente.
Pasaron 2 meses más y Keisi cumplía 18. Tuvo una gran discusión con Erik, su novio, y siguieron caminos distintos. La chica se sentía muy triste y se mantuvo en la misma posición por 2 meses mas, recordando a Erik y Martín, que ya se había ido lejos.
Un día, Keisi encontró el número de Martín y decidió llamarlo y contarle lo que había pasado en esos 7 meses que no se habían hablado. Martín le contó su parte de la historia y sintió una gran alegría al escuchar la dulce voz de aquella mujer que estuvo con el gran parte de su vida. El sintió la gran necesidad de volver a ver a esa chica y compro un boleto para volver a Buenos Aires.
En el transcurso del viaje, no paro de pensar ni un segundo en los 8 años de compañía que tuvo con ella.
Llegó a Buenos Aires y empezó a buscar la casa. Esta seguía igual, con las rosas y las alegrías del hogar enfrente y un llamador de ángeles que resonaba con el viento. Llamó a la puerta y salió una muchacha de pelo largo lacio, castaño, con ojos verdes oscuros y una gran sonrisa en su rostro.
-Keisi, soy yo. No me recuerdas?- dijo Martín asombrado.
-Martín?
-Si, solo vine para ver como estabas y para recordar tu preciosura una vez más.
-Supongo que ya has de saber las cosas que sentía por vos esos 6 años, pero despreocúpate, ya te supere.-dijo Keisi.
-Supongo que si, pero quiero que sepas que yo también sentía lo mismo.
Mantuvieron una charla extensa y divertida, recordando los momentos juntos y los que no se habían encontrado. Al final del día, Martín ya se tenía que ir, pero prometió volver una semana después y así fue.
Pasada la semana, Martín se encontró de nuevo con Keisi, contando nuevas cosas. Hubo cruzadas de miradas, charlas divertidas, charlas emocionales y tristes, pero siempre seguían siendo graciosas.
Llegó el final, pero antes de despedirse de nuevo de Keisi, Martín dijo:
-Recuerdas que hace una semana dije que ya te superé, que no sentía nada más por vos y que quería seguir siendo tu amigo?
-Claro que si. Qué pasa con eso?- respondió Keisi.
-Bueno... no te he superado, todavía sigo sintiendo las cosas maravillosas que me hacías sentir a los 12 años, sigo teniendo esa sensación rara cuando me miras y me sonríes, cuando nos reímos juntos, cuando recordamos, cuando estábamos juntos. Cuando lloras nose que hacer para que dejes de hacerlo, siento una gran impotencia, pero aún así te abrazo y sigo con vos.
-Yo...
-Déjame terminar. Nose que es esto que pasa contigo, pero es hermoso al igual que tu, estos 6 años no deje de pensar ni un segundo en ti y espero que entiendas lo que siento por ti. No puedo creer que Erik perdió a una chica maravillosa como vos, nose como no vio la persona que hay en ti, como no vio la hermosura que se oculta en tu ser, como no vio lo sincera que sos y lo encantadora. Envidio a ese chico que pudo estar con vos porque es lo que más deseo en mi vida. Sé que en algún momento lo estaremos y serás la mujer más feliz del mundo a mi lado, te lo aseguro porque nunca te dejaría de amar. Ya me tengo que ir, pero te aseguro que todo lo que he dicho es verdaderamente lo que siento. Hasta pronto.
-Espera Martín!
Él se había ido rápidamente luego de decir eso. La dejó pensando a Keisi toda la noche y casi no pudo dormir por las cosas bellas que él había dicho.
Pasado el tiempo, Keisi escribía en el patio delantero cuando vio un camión de mudanzas enfrente de su casa. Se preguntó quién viviría allí y mantuvo su mirada en ese lugar, hasta que se animó a cruzar y vio un chico encantador, de pelo castaño y ojos marrones. Sintió una gran emoción al saber que se trataba de Martín y corrió rápidamente a abrazarlo. Estuvieron un largo tiempo en esa posición hasta que Martín la agarra de los costados de la cabeza y la corre hacia su boca. Ese beso fue inolvidable para los dos y desde entonces estuvieron juntos.


                                                                  Fin